viernes, 30 de diciembre de 2011

Feliz Año Nuevo





Leyendo una nota sobre lo que una persona lamenta no haber hecho antes de morir, se me vino un aluvión de cosas a mi cabeza de las cuales hoy me lamento no estar haciendo. Sí. Es evidente que esto uno no lo ve cuando no está en esa situación antes mencionada, pero no está mal reflexionar sobre el asunto.
En definitiva, vinimos al mundo para ser felices, claro, dentro de los parámetros requeridos por Dios, por supuesto.
En esta nota el ránking es este:



1.- “Me gustaría haber tenido el valor de vivir una vida fiel a mís conceptos y no la vida que otros esperaban de mí”
2.- “Me hubiese gustado no haber trabajado tan duro”
3.- “Me gustaría haber tenido el valor suficiente para manifestar mis sentimientos”
4.- “Me hubiese gustado mantenerme en más contacto con mis amigos”
5.- “Me gustaría haber sido más feliz”

A ver, yo creo que todos se resumen en el último punto. ¿es así?
SEAMOS FELICES ENTONCES!!!!

¡¡¡¡Abrazos a todos y Feliz Año Nuevo!!!!


martes, 27 de diciembre de 2011

Otro mail en borrador




No voy a decirte que te extraño, que despierto todas las noches con la esperanza que estés a mi lado. Tampoco quiero que sepas que he llorado un par de veces, ni que terminé insultándote anoche en aquel bar nocturno con ese trago raro que me dieron mis amigos.
He de decirte que esta noche me acostaré sin rezar para que vuelvas; que romperé tus fotos, especialmente aquella en la que aparecemos los dos sonriendo como si el mundo fuese así de sencillo; también quiero que sepas que la mitad de lo que soy ya no lo seré mañana, pues vos me complementabas...
También quiero que sepas que haga lo que haga de ahora en adelante, siempre serás el amor de mi vida, que nadie sabe cuánto te amo; quiero que sepas que te perdono y que me rendí ante tu ausencia...
Por lo demás... mañana será otro día.

Diego

viernes, 2 de diciembre de 2011

impuntual


Caminaba apurado en la penumbra de esa calle vacía, el silencio de mi mujer dormía en nuestra cama y no quise despertarla.
Con sigilo apoyé mi cuerpo a su lado...  se sacudió el piso y luego mi sueño.
Desperté con el sudor en mi frente y ella me dijo:

- Llegaste!

Las velitas se habían consumido de tanto esperar(me) pero ella, lejos de consumirse, había decidido reponer fuerzas para darme su amor en la madrugada azul...

y nos amamos, otra vez...