Ayer hice reír a mis hijos. No se imaginan la felicidad que tenían. Primero fue una pequeña sonrisa, la cual, al cabo de dos segundos, estalló en una inmensa carcajada... les faltaba el aire; eran de esos momentos en que, por un segundo, no emiten sonidos, buscando que el aire entre de nuevo en los pulmones para volver a reír y reír y reír...
Una hora más tarde, ya cada cual en su cama, yo me preguntaba ¿por qué no tengo recuerdos así con mi papá?
4 comentarios:
mmm...me ha pasado a mi también lo que describes, y sólo puedo decir: que no nos detengan nuestra sombras o cosas raras del pasado,para dar todo lo que los nuestros merecen!. En fin, que las conductan también se pueden revertir, y no sólo son heredadas! como bien lo ejemplificas tú.
Breve y profundo a la vez, Diego.
Hermoso. Sensible.
ABRAZOS MILES PARA TI!
Hola M. Siento una pena grande por esta situación, pero son cosas de la vida.
Gracias por venir!
Querido Diego, seguro hay recuerdos, en elgun momento un olor, un sonido, algo te los ira trayendo
Un abrazo
mmm, no L.
Agradezco tus palabras infinitamente y te mando un saludo enorme y toda mi admiración por tus letras.
Diego.-
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